Bilbao, conocida por su vibrante vida urbana y su apuesta por la sostenibilidad, también presume de un valioso patrimonio natural: sus árboles centenarios. Estas joyas verdes enriquecen la ciudad y testimonian más de un siglo de historia en pleno corazón bilbaíno. Explorar su legado nos permite entender la transformación de Bilbao y la importancia de preservar su entorno natural.
Pocos lo saben, pero algunos de los árboles del centro de Bilbao superan los 170 años. Han sobrevivido a sequías, inundaciones y grandes cambios urbanos, lo que los convierte en auténticos supervivientes y guardianes de la memoria local. En lugares emblemáticos como el parque de Doña Casilda Iturrizar, la Plaza de San Vicente, los Jardines de Albia y el Arenal, estos ejemplares históricos, principalmente plátanos de sombra, siguen dando vida y sombra a la ciudad.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Valladolid ha revelado que muchos de estos árboles no sólo han sobrevivido a los embates climáticos, sino también a intensas transformaciones urbanas, como la construcción del aparcamiento subterráneo del Arenal y las inundaciones de 1983.
Los plátanos del Arenal, según Radio Nervión, alcanzan los 130 años. Los más antiguos fueron plantados entre principios y mediados del siglo XIX y han presenciado el auge y declive de industrias emblemáticas como los Altos Hornos. La composición química de su madera refleja claramente cómo la ciudad ha evolucionado en los últimos dos siglos.
El valor ambiental y cultural de estos árboles es incalculable. No solo embellecen y refrescan las calles, sino que representan un auténtico legado que merece ser protegido para las futuras generaciones.
El proyecto RESISTE está analizando la vulnerabilidad del arbolado urbano en diversas ciudades españolas, y Bilbao destaca por la excepcional edad de algunos de sus ejemplares.
Cuantificar y estudiar la longevidad de estos árboles es clave para incorporar su cuidado en los planes de desarrollo urbano. Desde el Ayuntamiento de Bilbao se impulsa la protección de este patrimonio verde, garantizando que los árboles centenarios sigan formando parte de la identidad de la ciudad.
Los árboles centenarios de Bilbao son más que naturaleza urbana; son memoria viva y símbolo de resiliencia. Disfrutar, cuidar y valorar estos gigantes verdes es responsabilidad de todos. Su sombra seguirá acompañando a nuevas generaciones y contando la historia de una ciudad que mira al futuro sin olvidar sus raíces.